jueves, 23 de julio de 2009

La única cosa que llena la vida son los impulsos hijos de la locura, esos que tanto en la noche como en el día nos inspiran a dar la vuelta sin mirar atrás. Que deleite mas bello que "el poder", no sobre otro, sino que, sobre uno mismo. Que no hayan ataduras, que no existan cadenas. Que nuestra voluntad sea un hecho y nadie reniegue de él. Pues es juez y jurado aquel que se hace llamar Libertad. Y solo posee a el unigenito, ese que nosotros mortales llamamos bien.
Y su enemigo ese que muchos confun con el padre del primero, se ahce llamar mal y es hijo de condenas y cadenas. Pues nace en el hombre que se rinde a si mismo y a su sociedad, aquel que reniega de su voluntad y tal como es, teniendo tal padre, solo pare a un hijo igual al abuelo. Aquellos que actuan, esos, los otros, los pocos, esos que no conocen el mal, que ignoran el bien, aquellos que solo actuan, no son hijos ni de la libertad ni fueron concebidos por las cadenas. Pues ellos son, cada uno, un padre primero y unico que solo da a luz actos para ser juzgados. Ya sea por la Libertad y su hijo el bien o por las Cadenas y su hijo el mal.